9/8/15

Reciclaje

Es impresionante la manera en la cual, nosotros mismos, nos engañamos intentando ocultar un pasado que se refleja en cada una de nuestras palabras o en nuestros actos.

Pero, claro, eso no es lo peor. El error máximo es cuando sacamos la goma de borrar dispuestos a eliminar cualquier residuo que dificulte ver el pasado ajeno, que, además si no nos gusta, tapamos con tierra, ahogando así por capricho, al portador de tales historias.

Somos demasiado curiosos, abrimos la caja donde se esconde el gato, sabiendo que este no saldrá bien parado (y le echaríamos la culpa a la curiosidad del gato, no a la nuestra.)

Es mejor no juzgar aquello que ya no podemos verificar y sí juzgar lo que podemos ver, pues este se hará pasado sin tener que ser sacado de su espacio temporal; pudiendo descansar, por fin.

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