20/8/11

Esto no es producto de la imaginación.

Quiero saber cuántos de los latidos que han provocado tus palabras me tengo que creer.
Quiero saber si al desnudar todos mis cuentos seguirán estando seguros ahí donde los vayas a enviar.
Quiero saber... algo que nunca te llegaré a preguntar.

Me resigno a la cruda realidad que vive en mi; la cual me hace estar parada en mi pequeño mundo. Sé que avanzaré algún día... pero aquí, nunca daré el paso yo.

Me mintieron al decirme que la montaña venía si uno no iba.

2 comentarios:

Malkev dijo...

Las palabras, como el saber, son inciertas y todo depende de la confianza que les deposites. Mentir, sabemos todos.

De vez en cuando, es bueno quitarse el casco, la chaqueta y los zapatos, colocarse junto al precipicio y saltar. Como decía el borracho del chiste, si yo me tiro, no me caigo.

Solo puedo decirte, que una palabra, bien dirigida, hara cambiar tu mundo mucho mas rapido de lo que crees. Tienes el poder, aprende a utilizarlo, y sobre todo, no le tengas miedo.

Paula dijo...

Ojalá la montaña viniese... pero no siempre es así... Ogg, la realidad es mucho peor de lo que nos la pintan.

Un besote