27/1/11

Sabores coloridos.

Soy el jersey que está al borde de tu cama.
Soy el color que te gustaría tener para lamerme como si de un polo me tratara.

Me coges y me hueles. En ese instante, me llueves encima y yo solo quiero que me utilices, que tengo frío.

Pasas el día conmigo, creo que estás enamorada de mi. Yo no puedo sentir lo mismo por ti, soy un objeto sin capacidad para demasiadas cosas.
Me odias por ello, y lo sé, porque muchas noches me lanzas contra la pared y me insultas. A mi no me duele, pero a ti sí.
Eres la experta en hacerte daño con lo más insospechado.

Alguna vez te da por dormir conmigo, abrazados. Yo te observo, porque no sé dormir.
Miro tus ojos, tu primera mirada del día...y nunca me encuentro reflejado...y me entristece.

Quisiera saber de qué color soy en tus ojos.

23/1/11

Supongo

No voy a decirte nada.
Si te veo, moriré. Si me hablas, no sabré si está pasando de verdad. Si me tocas, no seré capaz de recordarlo.
Si te quiero, lloraré.

12/1/11

No existe sabor igual que el de tus ojos

Si pudiera, me comería tus fotos. Las pasadas, las amargas, las más tiernas, las que me duelen, las que te he hecho hoy, las que te haré mañana - las del futuro - y también, las que por desgracia, no te haré.
Sí, las que nunca más te haré.

Tragarme el papel hecho una bola con todas las palabras del diccionario que he mancillado.
Las letras de canciones gastadas vendrán por la noche a vengarse de mi.
Cada melodía cantada se encerrará en su parcela.

Pausa. Pon en pausa el mundo, que ha salido un rayo de sol. Un rayo que da directo a tus ojos y me revela el color de la naturaleza.
No he visto nunca unos iguales, ni tan expresivos...ni tan poco sinceros. Pero son demasiado tiernos. Como tú.


Se me atraganta tu mirada siempre que la veo.

11/1/11

Promesas de papel

Siempre te gustó poder predecirme, y yo siempre jugué a sorprenderte.

He llegado a querer que no quieras conocerme, quizás porque no quiero que nadie me conozca más de lo que yo me conozco a mi misma.
Aunque, gracias a los demás, no dejo de sorprender a la persona que hay en mi.

Sé que no me responderás este e-mail, como has hecho con los veintisiete restantes. Tengo la duda de saber si al menos los leerás. Sé que mi duda seguirá quedando con ese nombre.

Quisiera ir a verte a tu trabajo, de ahí no podrías escapar de mi. Pero no quiero que me veas. No así. Esta silla de ruedas todavía me niega la libertad...
"Seré parte de ti para siempre" me dijiste una vez. Sé mis piernas, esas con las que huiste cuando la situación se complicó.

Quiero que vengas a predecirme.