27/11/10

Despierta. Duerme.

 Los sueños, déjalos en paz. Que duerman...
Róbame las pesadillas que me atormentan. Son todas tuyas. Rómpelas, como me parten a mi. Pedazo a pedazo, lo que más temo.
Retuércelas, que yo lo soportaré. Siempre.

Me presento: soy el cuento del que nadie quiere llegar a saber el final de la historia.
Y pocas veces me he sentido mejor que ahora.

24/11/10

Relojes de arena

Hoy al salir, me extrañaba que faltase menos de un mes para que estuviésemos en invierno. Los árboles de al lado de mi casa nunca han estado tan verdes ni frondosos. El frío se hace notar y ellos ni se inmutan.
Bueno, sin rodeos...

Otro día más sentada en el bus - de tanto que lo cojo, me resulta un lugar agradable - y pienso: "tengo todo el tiempo del mundo, y me sigue faltando."
Claro, se supone que es porque lo estoy utilizando bien, lo estoy aprovechando...pero no tengo esa sensación. Hago cosas que hacía tiempo no podía hacer. Dedico el tiempo a mis "hobbys", a los demás y a mí. Pero me falta algo, me falta tiempo bien invertido. Me falta el tiempo del mañana.

Me falta un lugar donde dar mis granitos de arena. Ahí, no los querían.

Mirad la hora que es; ya vuelvo a estar en casa.

20/11/10

Las huellas que no hay que seguir



La habitación está desordenada: los papeles por el suelo, los pelos revueltos, las paredes arañadas y nosotros, con la vergüenza mirándonos por la ventana.

- ¿Qué piensas? - Me preguntas mirándome.

- Que estamos demasiado colocados, porque ya no veo el mundo del revés.

- De eso se trata.

No sé dónde he dejado mis calzoncillos. Mientras busco, ella sigue mirando el techo agrietado. Ese que a veces parece que se le ha de caer encima.

Es preciosa, y nunca se lo he dicho. Nunca es tarde para empezar...

...pero si eso, otro día. Prefiero seguir buscando mi ropa interior.

8/11/10

Carta a mi hijo Invierno y mi nieto Abrasador



Por no haber acudido a mi llamada, por abandonarme cuando más te necesitaba, por pensar que no me hacías falta. Ahora me consumo en fuego... ¿al menos recogerás mis cenizas?

Quiero creer que no pido tanto. La rabia me está consumiendo y me estoy callando, y todo por el precio que debo pagar...porque, es este ¿verdad?
No me asaltes con más de tus mentiras.

Detesto a los "gallitos" y a sus cuentos; porque no estoy para ese tipo de historias.

Y mi espalda, siempre apuñalada, siente vergüenza al ser mostrada. Tranquilos, como creo recordar que mencioné una vez, yo también me las tiro, pero al frente, como los valientes.